La depresión en los mayores es uno de los problemas de salud pública más importantes en la actualidad y junto a la demencia, la enfermedad más frecuente en ancianos. El ser humano, a lo largo de su vida, pasa por diferentes momentos, buenos y malos y, a medida que se envejece se llegan a experimentar distintos cambios y situaciones personales que pueden agravarla.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo, una enfermedad que entraña dificultades a la hora de identificarla y cuyos síntomas más claros suelen asociarse a episodios de tristeza, ira, frustración… pero sin olvidar que va muchos más allá de esas percepciones a simple vista.
En este sentido, cabe señalar que la depresión en los mayores no es una consecuencia lógica del envejecimiento y va asociada a otras causas como pueden ser el padecimiento de enfermedades, abandono del hogar, muerte de seres queridos… Si bien el síntoma básico es la tristeza, es común la apatía o indiferencia, aunque podemos apreciar otros como veremos a continuación.
Síntomas de la depresión en los mayores
– Anhedonia. síntoma más temprano de depresión que se caracteriza por el desinterés y la pérdida de ilusión que antes resultaba agradable en las cosas que hacía
– Angustia que puede reflejarse con síntomas de nerviosismo o inquietud, tensión muscular, diarreas, etc.
– Irritabilidad, inseguridad, lentitud a la hora de procesar el pensamiento
– Pérdida de energía
– Otras enfermedades propias del envejecimiento. Casi un tercio de los ancianos con una enfermedad física padece depresión
– Alteraciones de sueño
– Soledad, deseo de estar solo
– Pérdida de apetito
– Pensamientos o sentimientos suicidas
En mayor o menor medida están presentes síntomas de tipo cognitivo y somático por lo que hablamos de una afección psíquica y física, con especial énfasis en la esfera afectiva. Muchas personas mayores tienen dificultad para reconocer que están deprimidos y no presentan queja de ningún tipo. Es por eso que pasa a ser una enfermedad invisible a los ojos de las personas de su alrededor y difícil de detectar. Por el contrario, sí que suelen aquejarse más de síntomas físicos.
La depresión en los adultos mayores es un problema generalizado que muchas veces pasa desapercibido, como hemos señalados, por lo que no se reconoce, o si se hace es ya muy tardío, ni recibe algún tratamiento. El deterioro cognitivo ya está presenta en ocasiones en la persona mayor con depresión, lo que hace que sea difícil de detectar.
Factores de riesgo de padecer depresión
La depresión puede tener su origen en multitud de factores de riesgo y presentar un proceso complejo. Estos factores pueden darse a lo largo del tiempo, cuyo grado de influencia en el desarrollo de otras enfermedades, puede ser una causa o una consecuencia. El riesgo de depresión en la vejez, se puede clasificar en varios tipos:
- Acontecimientos importantes: los cambios, antes mencionados, como pueden ser el fallecimiento del cónyuge, la jubilación, los hijos dejan el hogar… pueden ser difíciles de afrontar, ya que es esta etapa de la vida general altibajos, y con ello desarrollar una depresión.
- Factores personales: Puede haber distintos rasgos en la personalidad de una persona que hagan predisponer al mayor a padecer depresión. Baja autoestima, frustración, pesimismo, apatía… son factores afines.
- Dependencia: cuando la autonomía de una persona se ve deteriorada, se pueden presentar episodios de tristeza, rabia… que se prolongan en el tiempo y que pueden ser la antesala de sufrir depresión.
- Aislamiento: sentirse solo y no contar con el suficiente apoyo social, puede repercutir negativamente en el estado de ánimo y ser un factor de riesgo de depresión.
- Problemas crónicos: La depresión está asociada a enfermedades y otros problemas crónicos como el hipotiroidismo, la diabetes, el dolor crónico, enfermedades cardiovasculares, etc.
Tratamiento de la depresión en los mayores
La depresión en personas mayores se puede tratar al igual que en adultos o jóvenes mediante medicamentos, terapia psicológica y apoyo social; si bien, este último es un punto importante que debemos considerar por ser la soledad un factor en auge durante los últimos tiempos. Cada vez es mayor el número de personas mayores que viven solas sin ningún tipo de ayuda o apoyo familiar.
Es por eso que, os damos algunos consejos a tener en cuenta al tratar a una persona mayor con depresión:
- Descubre que le pasa: presta atención a su forma de actuar y los síntomas que muestra ya que pueden ser diferentes en una persona u otra. Como hemos señalado, en la mayoría de los casos, la enfermedad pasa desapercibida, por lo que indicadores básicos como tristeza, falta de apetito o apatía serán claves.
- Muestra interés en ayudar: Cuidar a una persona mayor que padece depresión es importante que la apoyemos en este momento complicado. Ayudémosla en sus citas al médico, en la toma de su medicación y otras cuestiones básicas para demostrarle que no está sola en esto.
- Acompáñale: aunque el enfermo se muestre apático y no muestre que necesita ayuda, agradecerá enormemente el apoyo de su círculo más cercano. Sintiéndose acompañado le servirá para sentirse comprendido.
- Escucha y comprensión: Una forma de mostrar tu apoyo al mayor que sufre depresión es escucharlo, que nos cuente cómo se siente y lo que necesita, para poder ayudarle mejor. Comprender su problema para poder actuar en consecuencia, ya que puede sentirse incomprendido porque ni él mismo sabe que le está ocurriendo.
En definitiva, la depresión en los mayores es una enfermedad que requiere un tratamiento adecuado y el apoyo del entorno más cercano para conseguir mejorar su estado, teniendo en cuenta que no todas las personas con trastornos depresivos padecen los mismos síntomas. La depresión, por tanto, no es un estado pasajero que se del que uno puede recuperarse de un día para otro y, en personas mayores, debemos prestar más atención.